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L'Eschatologie de Vatican II à aujourd'hui

Publié le 19/06/2013

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Escatología significa última (eschatos) palabra (logos). Teniendo en cuenta a) que sólo Dios puede decir esta última palabra; y b) que Dios se ha revelado, y nos ha revelado esta última palabra, nos preguntamos: ¿cuál puede ser? 1. Tradicionalmente, ha sido: cielo e infierno, felicidad (eterna) e infelicidad (eterna). 1.1. Pero aquí no hay última palabra, sino (dos) últimas palabras, ya que cielo e infierno no pueden tener un denominador común (no son, ni pueden ser, lo mismo). Ahora bien, nosotros tendemos a la Unión con Dios (que es, Él mismo, Unión de Padre, Hijo y Espíritu Santo: tres Personas y un solo Dios); tendemos a la Unidad (no indiferenciada, es decir, que ignore las diferencias que se dan en la realidad); tendemos a una experiencia espiritual unificadora e integradora? No parece que hablar de cielo e infierno como última palabra pueda hacer realidad todas estas tendencias. Más bien, parece que esto consagraría una cierta escisión de la realidad. O un cierto dualismo (y en todo dualismo siempre hay un elemento que sobresale por encima del otro: p. ej., el alma es considerada más importante que el cuerpo). 1.2. Además, ¿es el infierno compatible con la Justicia de Dios? Si operari sequitur esse (interrelación entre obrar y ser: un ser finito sólo puede ser fuente de un obrar finito), entonces, ¿no se castigan eternamente acciones que, por ser de sujetos no eternos, no pueden ser eternas? También el cielo supone que se recompensan eternamente acciones de seres no eternos. Pero ahí está la apuesta: esp...
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« lo que tenemos que amar), pero no por eso deja Dios de amarnos.

Si no reconocemos esto, nosotros mismos dejamos de ser destinatarios de lo que esperamos porque la esperanza que nos trae Dios se manifiesta y se veri-fica (= se hace verdadera) allí donde no hay esperanza (Is 9, 1; cf., Mt 4,16). Por todo ello, la escatología es el discurso de la esperanza.

Esperanza ¿en qué? En que Dios Amor lo sea todo en todos.

Sólo Dios puede colmar del todo este deseo: ésta es nuestra esperanza última y definitiva.

Y, puesto que se trata de esperanza, a nosotros toca veri-ficarla (hacerla verdadera), desde los últimos de la historia.

En este sentido, el discurso de la esperanza cristiana es performativo , pretende “hacer” lo que “dice”. Condiciones de posibilidad (características) de la escatología 1.

La fe cristiana reflexiona sobre la escatología porque la dimensión de futuro forma parte esencial del ser humano (cf.

1 R 19,7: “te queda un largo camino por recorrer”; Mc 9, 1-10: las experiencias de plenitud [ peak experiences ] que podamos tener sólo pueden ser “tabóricas”; Lc 24, 13-35: cuando los discípulos le reconocen, ya se ha ido).

Esta dimensión se realiza en la historia .

De lo contrario, nos bastaría con la doctrina de la creación (protología). 2.

En escatología sólo esperamos, no sabemos .

Escatología no es un “reportaje anticipado” de lo que pasará al fin de los tiempos (Rahner).

Diferencia entre saber y esperar: se da un saber que añade conocimientos nuevos a nuestro caudal de conocimientos, y no más; mientras que la esperanza es fuente de un “saber” especial que, más que añadir conocimientos nuevos al caudal de conocimientos que ya poseemos, nos pone en movimiento hacia lo que esperamos .

3.

La esperanza, juntamente con la fe y la caridad, es una virtud teologal (tiene a Dios por meta).

Por tanto, la esperanza es sólo esperanza de cosas buenas (las malas no las esperamos, las tememos).

Esto re-sitúa el tema del infierno (teniendo en cuenta que eliminar el infierno del más allá no debe implicar, como de hecho ha implicado, trasladarlo al más acá).

En cualquier caso, el infierno no es un tema simplemente a “eliminar”. 4.

La escatología no “añade” nada (desde el punto de vista cognoscitivo) a lo que sabemos de la antropología, de la cristología, etc.

Toda afirmación escatológica que no pueda entenderse desde la cristología o desde la antropología es “falsa apocalíptica” (Rahner).

Resulta, pues, erróneo “predecir” nada de lo que se refiere a los últimos tiempos (cf., Mc 13,32).

5.

En este sentido: como era en el principio, ahora y siempre .

La última palabra es como la primera palabra , en tanto que la una y la otra son palabra de Dios , palabra que sólo Dios puede decir .

“Última” palabra no se entiende en sentido cronológico, sino como lo más importante, pues sólo Dios la puede decir.

Además, a diferencia de lo que sucede en el discurso humano, para la eternidad de Dios, no hay primera palabra (en tanto que ya la ha dicho y “no está ahí”), ni última palabra (todavía “por decir”).

Su Palabra es una y eterna; es eternamente una.

Dios ha dicho la primera palabra ( creadora ) y no se desdice de ella, es decir, de Su Amor.

En este sentido, desde el punto de vista de Dios (si se puede hablar así), la salvación es un retorno al paraíso .

Resumen 1. »

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