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Enseñanza de la filosofía - filosofia.

Publié le 02/06/2013

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Enseñanza de la filosofía - filosofia. 1 INTRODUCCIÓN Enseñanza de la filosofía, conjunto de métodos y técnicas que se emplean para transmitir los conceptos, métodos y conocimientos propios de la filosofía. Como parece obvio, la enseñanza de la filosofía ha tenido una especial importancia a lo largo de la historia del pensamiento. Ésta ha sido conformada, muchas veces, por poderosas e influyentes escuelas que se encontraban estructuradas no sólo por una serie de presupuestos compartidos, sino por un modo de enseñar determinado, que unía a quienes formaban parte de esta escuela. Sin embargo, toda reflexión coherente sobre la enseñanza de la filosofía debe confrontar la famosa expresión de Immanuel Kant: "No es posible enseñar filosofía: lo único que puede hacerse es enseñar a filosofar". Semejante expresión, que plantea una evidente complejidad, deberá ser enfrentada por todas aquellas reflexiones dedicadas a analizar el papel, la relevancia o la metodología de la enseñanza de la filosofía. Debe señalarse que la enseñanza de la filosofía ha tenido siempre un estatuto problemático importante. A veces se pensaba que era posible enseñar filosofía de un modo independiente a su contenido. Pero la enseñanza de la filosofía es un problema en sí mismo, que afecta a la misma concepción que se posea de la actividad filosófica. Semejante perspectiva no ha hecho sino aumentar con la expansión del sistema educativo en los países occidentales, a partir del siglo XIX. Y la discusión sobre la enseñanza de la filosofía será especialmente relevante en los países latinos e iberoamericanos donde la filosofía forma parte, como asignatura, de los programas oficiales de enseñanza, con lo que la discusión acerca del modo de enseñar esta actividad se ha visto recientemente muy renovada. Son varias las perspectivas que se han planteado recientemente sobre la didáctica de la filosofía y el problema filosófico que comporta su enseñanza. Así, el estadounidense Matthew Lipman ha diseñado un método didáctico para acercar la filosofía a los escolares más jóvenes, que denomina "filosofía para niños". El filósofo alemán E. Martens ha desarrollado técnicas de enseñanza apropiadas para que la enseñanza de la filosofía se centre en la elaboración del discurso filosófico por parte de los alumnos. Los españoles Domínguez y Orio de Miguel han diseñado un método que privilegia la aplicación del método activo en la enseñanza de la filosofía. E Ignacio Izuzquiza ha propuesto una teoría de la enseñanza de la filosofía basada en la simulación de la actividad filosófica. Pese a que existen semejanzas entre estas propuestas, cada una de ellas incide en una serie de rasgos determinados, y pretenden resolver el problema que Kant expresó y que se encuentra en el inicio de todo planteamiento didáctico de la filosofía. En el presente artículo se desarrollará una de las perspectivas anteriormente mencionadas: la que iguala la enseñanza de la filoso...

« tradición filosófica clásica.

Paulatinamente, es posible elevar el nivel de generalidad y dificultad, pero siempre es necesario tener en cuenta que el alumno debe realizar unordenado proceso de inducción en la aplicación de métodos de análisis cada vez más complejos. 2.3 Discursos Además de plantear problemas y manejar un método riguroso, los filósofos deben elaborar un discurso.

Éste será, pues, el tercer elemento del proceso de traducción en quepuede concebirse la enseñanza de la filosofía.

De hecho, en un curso de filosofía, el alumno debe ser capaz de elaborar un discurso coherente y bien fundamentado.

En unprimer momento (y esto depende de los diferentes alumnos), este discurso será elemental, pero no por ello ha de ser menos riguroso.

Todos conocemos la extraordinariaimportancia de planteamientos elementales (pero siempre rigurosos) en la historia de la filosofía.

Como orientación a su propio proceso de elaboración de un discurso, seránecesario “traducir” al alumno diferentes modos de elaboración de un discurso filosófico y situarle ante determinados modelos de discurso ya elaborado, de modo que losalumnos lleguen a formar su propio discurso. Existen, desde antiguo, toda una amplia serie de sugerencias y técnicas que tienden a la correcta elaboración del discurso escrito (que es la forma fundamental, aunque nola única, del discurso filosófico).

Son técnicas que lindan, muchas veces, con las reglas esenciales de la expresión escrita.

Y parece necesario revitalizar algunas de estastécnicas como complemento indispensable en una clase de filosofía.

En este sentido, debe hacerse una especial referencia al valor conceptual de la retórica.

Ya es conocidala íntima relación que en la antigüedad poseía la retórica con la teoría del conocimiento.

Se trata de una relación que vuelve a ser valorada en la actualidad en diferentesámbitos de la reflexión filosófica.

De hecho, un tratamiento adecuado, y debidamente “traducido” para que el alumno pueda manejarlo, de las técnicas esenciales de laretórica puede plantear interesantes perspectivas de análisis y de trabajo en la enseñanza de la filosofía. 3 EL PROFESOR COMO “TRADUCTOR” CUALIFICADO Si consideramos que la enseñanza de la filosofía puede identificarse como un conjunto de sucesivas traducciones de problemas, métodos y medios de expresión paraelaborar un adecuado discurso crítico, parece evidente que es posible considerar al profesor como si de un cualificado “traductor” se tratara.

Ello supone una perspectivacompleja sobre la función de un profesor y encuentra una aplicación en todo proceso educativo que suponga enseñar algo al mismo tiempo que se “construye” una forma deconocimiento con los alumnos de forma rigurosa y contrastada.

Al traducir, el profesor se convierte en un intérprete, en un “hermeneuta”.

Con ello, muchos de loselementos de la hermenéutica clásica encuentran aplicación aquí. Desde este punto de vista, el profesor no se limitará nunca en su trabajo a una mecánica repetición de contenidos educativos, sino que deberá desarrollar un proceso quedesemboque en una apropiación que el alumno haga por sí mismo de lo que anteriormente le resultaba ajeno.

La gran amplitud de posibilidades que se abre en una teoríade la traducción se integrará al trabajo del profesor de filosofía. Un elemento que parece indispensable en esta consideración de la figura y función del profesor de filosofía es la necesidad de que el profesor se encuentre abierto a cuantassugerencias y posibilidades considere válidas para ampliar los límites de su proceso de traducción.

Puede decirse que nada de cuanto ocurre en el ámbito del conocimiento yde la práctica humana debe ser ajeno a su interés.

Una gran variedad de aportaciones realizadas en ciencia, arte, literatura, música, sociología, puede ser tomada enconsideración por parte del profesor y, de este modo, quedar integrada en su trabajo de traducción y hermenéutica.

Aun cuando ello suponga, como requisito constante,mantener el rigor crítico que, desde siempre ha caracterizado el verdadero trabajo de la actividad filosófica. 4 EL TRABAJO EN EL AULA COMO UNA “SITUACIÓN” DE TRADUCCIÓN CONCEPTUAL Todo cuanto se acaba de indicar debe tener una referencia concreta al trabajo en el aula, que suele ser el marco general de una enseñanza regulada de la filosofía.

El aula oclase (entendida como el intervalo horario de una “clase” habitual de filosofía) debe ser, pues, entendida como una “situación de traducción”.

Es decir, el aula puede serconsiderada como un espacio donde sea posible llevar a cabo las traducciones anteriormente mencionadas. Parece claro que semejante perspectiva exige transformar la consideración habitual de una clase.

Y ello no es nada sencillo, por los condicionantes propios del sistemaeducativo o las características de los diferentes centros de enseñanza.

Pero debe quedar claro que transformar una clase convencional en una situación de traducción exigeuna serie de requisitos que van desde el conocimiento de la dinámica de grupos (con el fin de tratar ese peculiar sujeto colectivo que son los alumnos y alumnas de unaclase determinada), hasta la conveniencia de diseñar determinados ejercicios o disponer de instrumentos adecuados de trabajo. En cualquier caso, es conveniente tener en cuenta que sólo en una situación creada para elaborar activamente un discurso filosófico es posible realizar una interesante ycreativa labor didáctica.

Si ésta se ha creado, y la enseñanza de la filosofía se ha convertido en una verdadera “traducción” de los grandes problemas, métodos y modelosde discurso filosófico, los alumnos desearán leer filosofía (y muchas otras cosas).

Y, lo que es más importante, serán capaces de desarrollar un comportamiento conceptualque les convierta en verdaderos filósofos.

Es decir, no sólo se ha enseñado filosofía, sino se ha ejercitado la actividad filosófica.

Y se estará más cerca de resolver laparadoja de Kant, que se ha convertido en una necesaria referencia de análisis para cualquier tratamiento de la enseñanza de la filosofía. Microsoft ® Encarta ® 2009. © 1993--2008 Microsoft Corporation.

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