Devoir de Philosophie

El castellano viejo - antología.

Publié le 02/06/2013

Extrait du document

El castellano viejo - antología. El análisis doloroso e implacable de la realidad española de la época marca la tónica de los conocidos artículos de Larra. En 'El castellano viejo' arremete contra las costumbres groseras y los falsos patriotas. Fragmento de Artículos de costumbres. De Mariano José de Larra. 'El castellano viejo'. Ya en mi edad pocas veces gusto de alterar el orden que en mi manera de vivir tengo hace tiempo establecido, y fundo esta repugnancia en que no he abandonado mis lares ni un solo día para quebrantar mi sistema, sin que haya sucedido el arrepentimiento más sincero al desvanecimiento de mis engañadas esperanzas. Un resto con todo eso del antiguo ceremonial que en su trato tenían adoptado nuestros padres, me obliga á aceptar á veces ciertos convites á que pareciera el negarse grosería ó, por lo menos, ridícula afectación de delicadeza. Andábame días pasados por esas calles á buscar materiales para mis artículos. Embebido en mis pensamientos, me sorprendí varias veces á mí mismo riendo como un pobre hombre de mis propias ideas y moviendo maquinalmente los labios; algún tropezón me recordaba de cuando en cuando que, para andar por el empedrado de Madrid, no es la mejor circunstancia la de ser poeta ni filósofo; más de una sonrisa maligna, más de un gesto de admiración de los que á mi lado pasaban, me hacía reflexionar que los soliloquios no se deben hacer en público; y no pocos encontrones que al volver las esquinas di con quien tan distraída y rápidamente como yo las doblaba, me hicieron conocer que los distraídos no entran en el número de los cuerpos elásticos, y mucho menos de los seres gloriosos é impasibles. En semejante situación de mi espíritu, ¿qué sensación no debería producirme una horrible palmada, que una gran mano, pegada (á lo que por entonces entendí) á un grandísimo brazo, vino á descargar sobre uno de mis hombros, que, por desgracia, no tienen punto alguno de semejanza con los de Atlante? No queriendo dar á entender que desconocía este enérgico modo de an...

« –Señores, dijo el anfitrión al vernos titubear en nuestras respectivas colocaciones, exijo la mayor franqueza: en mi casa no se usan cumplimientos.

¡Ah! Fígaro,quiero que estés con toda comodidad: eres poeta y, además, estos señores, que saben nuestras íntimas relaciones, no se ofenderán si te prefiero; quítate el frac, no seaque le manches.

–¿Qué tengo de manchar? le respondí mordiéndome los labios.

–No importa, te daré una chaqueta mía: siento que no haya para todos.

–No haynecesidad.

–¡Oh! sí, sí, ¡mi chaqueta! Toma, mírala: un poco ancha te vendrá.

–Pero, Braulio...

–No hay remedio; no te andes con etiquetas.

En esto me quita élmismo el frac, velis nolis, y quedo sepultado en una cumplida chaqueta rayada, por la cual sólo asomaba los pies y la cabeza, y cuyas mangas no me permitirían comer probablemente.

Dile las gracias: al fin el hombre creía hacerme un obsequio. Fuente: Soldevilla, Fernando.

Bellezas literarias .

Madrid: Imprenta de Ricardo Rojas, 1909. Microsoft ® Encarta ® 2009. © 1993--2008 Microsoft Corporation.

Reservados todos los derechos.. »

↓↓↓ APERÇU DU DOCUMENT ↓↓↓

Liens utiles