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Sujet 2 ♦ Amérique du Sud, novembre 2005, L, LVI Una vocacién arrasadora s 10 1 Desde el principio de...

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« Sujet 2 ♦ Amérique du Sud, novembre 2005, L, LVI Una vocacién arrasadora s 10 1 Desde el principio de la conversaci6n me senti ante el doctor con la misma edad que tenfa cuando le hada hurlas por la ventana, de modo que me intimid6 cuando se dirigi6 a mf con la seriedad y el afecto con que hablaba a mi madre.

Cuando era nifi.o, en situaciones dificiles, trataba de disimular mi ofuscaci6n con parpadeo rapido y continuo.

Aquel reflejo incontrolable me volvi6 de pronto cuando el doctor me miro.

El calor se habfa vuelto insoportable.

Permaned al margen de la conversaci6n por un rato, preguncindome c6mo era posible que aquel anciano afable y nostalgico hubiera sido el terror de mi infancia.

De pronto, al cabo de una larga pausa y por cualquier referencia banal, me mir6 con una sonrisa de abuelo. -Asf que ni_ eres el gran Gabito -me dijo.

c:Qué estudias? Disimulé la ofuscaci6n con un recuento espectral de mis estudios: bachillerato completo y bien calificado en un inter~ado oficial, dos afios y unos meses de derecho ca6tico, periodismo empfrico 2 • Mi madre me escuch6 y en seguida busc6 el apoyo del doctor. - Imaginese, compadre 3 -dijo-, quiere ser escritor. Al doctor le resplandecieron los ojos en el rostro. is - jQué maravilla, comadre 4 !-dijo.

Es un regalo del cielo.

-Y se volvi6 hacia mf-:c:Poesfa? - Novela y cuento -le dije, con el alma en un hilo 5 • ÉI se entusiasm6: 20 25 - c:Leiste Do.fia Barbara? - Por supuesto -le contesté-, y casi todo lo demas de R6mulo Gallegos. Corno resucitado por un entusiasmo subito nos cont6 que lo habfa conocido en una conferencia y le pareci6 un digno autor de sus libros.

La verdad es que en aquel momento, con mi fiebre de cuarenta grados por las sagas 6 del Misisipf, empezaba a verle las costuras a la novela vemacula. Pero la comunicaci6n tan fa.cil y cordial con el hombre que habfa sido el pavor de mi infancia me parecfa un milagro, y preferf coincidir con su entusiasmo.

Le hablé de -mi nota diaria en El HeraU.

Se empefi.6 en explicar porque querfa que su hijo hiciera estudios e insisti6 en el hecho de que .

Es como si estuviera justificandose, como si quisiera ahora convencer al médico de que lo unico que deseaba era lo mejor para su hijo.

Después descubrimos el motivo por el que el doctor defend.fa al chico puesto que sus propios padres reaccionaron como la madre del joven al descubrir que querfa seguir una vocaci6n artistica.

Abandon6 la idea de escribir y estudi6 medicina , careda de compren-. si6n y de tolerancia frente a los deseos de su hijo (1.

42) y que contribufa al completo desarrollo de la personalidad.

Ir en contra, no era bueno para el equilibrio del joven .

No particip6 enseguida a la conversaci6n que se iniciaba entre su madre y el.... »

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