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Sujet 3 ♦ Inde, avril 2006, L, LV 1 -Vâmonos a casa. ~Donde estâ tu hermana? -Nosé. 5 [... ]...

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« Sujet 3 ♦ Inde, avril 2006, L, LV 1 -Vâmonos a casa.

~Donde estâ tu hermana? -Nosé. 5 [...

] A partir de ese momento, la nitidez 1 de mis recuerdos se emborrona 2 • Sé que mi padre la busco frenéticamente por el bulevar, por la avenida; sé que gritamos su nombre y que preguntamos a los otros parroquianos del chiringuito 3 • Nadie la habîa visto.

Entonces mi padre me agarro de la mano, muy enfadado, y dijo: -Tiene que estar en casa. 10 15 Pero yo sabfa que eso no era posible, porque no nos dejaban cruzar la calle solas.

Subimos en el ascensor sin decir palabra; entramos en casa.

El pasillo oscuro y silencioso.

La cocina, donde mi madre preparaba la cena.

Martina no estaba.

Siéntate, le dijo mi padre a mi madre.

Ella, extrafi.ada, saco una de las sillas que estaban arrimadas a la mesa y se dejo caer; y entonces mi padre le conto. Supongo que hubo gritos, supongo que hubo lâgrimas; yo solo recuerdo que la silla de maclera sin barnizar estaba manchada 4 de azafrân alH donde mi madre, que tenfa las manos sucias de cocinar, la hab fa agarrado.

Esa mancha anaranjada con forma de mariposa ocupaba toda mi vision, toda mi cabeza.

Supongo que no querfa o no podfa pensar nada mâs. 20 Lo que vino después apenas si es en mi memoria una bruma confusa.

Me apartaron 5 de la zona candente, como siempre hacen los adultos con los nifios en los momentos de crisis; me enviaron a Cuatro Caminos, con los abuelos.

Pero la lejanfa del conflicto no alivia 6 a los nifios, antes al contrario, porque los nifios poseen todavfa una rica y fl.orida imaginacion, y el miedo imaginario suele ser siempre peor que el peligro o el dolor real.

Pasaron tres dias de agonfa y susurros, eso sî lo recuerdo: una casa en penumbra y los abuelos hablando muy bajito, para que yo no oyera.

Hasta que una mafi.ana vino mi abuela y me dijo: -Aparecio Martina y estâ bien, gracias a Dios.

Arréglate que nos vamos a tu casa. -~Qué le ha pasado? -pregunté. 25 -Ya te lo contarân tus padres. Y aquî viene lo mâs extrafi.o y lo mâs inquietante de todo : nunca me lo contaron.

Llegué a mi casa y me encontré a Martina jugando a los recortables 7 en la mesa del comedor, como si no hubiera ocurrido nada; peor aun, como si ella fuera la hija lista y.... »

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