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Hobsbawm Eric, Naciones y nacionalismo desde 1780, Barcelona, Critica-Grijalbo

Publié le 10/05/2012

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En Naciones y nacionalismo desde 1780, Hobsbawm analiza los conceptos de “nación” y “nacionalismo” a varias épocas desde el siglo XVIII, poniendo de relieve la gran dificultad de encontrar una definición clara y fija al concepto de “nación”. Según él, este concepto queda misterioso; el único criterio que le parece estable y fiable en cuanto a la definición de una nación, es el grupo de personas que se dicen hacer parte de aquella, que se definen ellos mismos como una nación. Este sentimiento de pertenecía, según Hobsbawm, es el “nacionalismo”, definido como una unidad política y nacional, que define y caracteriza la nación. Así, es el nacionalismo que crea la nación, y no el contrario.

El nacionalismo siendo una noción moderna, la nación es, igualmente, un producto de la modernidad. Según el autor, la nación se analiza en el cuadro del Estado Nación; el Estado crea la nación. 

« toda Europa.

Pero detrás del concepto de nación como pueblo soberano, se esconde mas la idea de un dominio de la burguesía, que impulso el movimiento de la Revolución, controlándola luego, así que el concepto de Estado Nación, se revela mas en una forma de nacionalismo burgués que en el nacionalismo de un pueblo unido y soberano. Así, durante todo el siglo XIX, este concepto de “nación” sigue algo confuso, teniendo por contenido más o menos la idea que una nación es un territorio, bastante grande para una población que pueda constituir un mercado, adaptado con el capitalismo de la época y esas ideas emergentes, con una elite que pueda dirigir y consagrar una unidad, capaz de defenderse frente al enemigo, y unificada por un criterio (en general la lengua).

Así, como lo muestra Hobsbawm, el concepto de “nación” en su sentido contemporáneo, nació del “nacionalismo burgués”. Sin embargo, este concepto de nación, desviado de su primer sentido y acaparado por la burguesía, fue poco a poco recuperado por el pueblo, dándolo un nuevo sentido.

Lo que le interesa a Hobsbawm, es la modernización política, el Estado Nación vinculado con la modernización del Estado.

Explica que en la Europa del siglo XIX, las relaciones entre la población y el aparato del Estado se volvieron más y más numerosas, a través de las policías, de los maestros de escuela, de los militares, del censo; esas relaciones se volvieron costumbres cotidianas.

A partir de este proceso, la noción de ciudadano toma más importancia. El autor pone así el concepto de ciudadanía al centro de su reflexión, y propone una otra definición de la nación.

La ciudadanía implica un movimiento de inclusión y exclusión, lo que hace referencia a la figura del extranjero.

Así, la nación debe también desarrollarse alrededor de las representaciones que vehiculan las ideas de ciudadano y de valla nacional.

En esa construcción del extranjero, la guerra tuvo un papel importante, lo que pudo tener sentido en la orientación de la carrera intelectual de Hobsbawm, él que, con su familia, tuvo que esconderse durante la segunda guerra mundial, “enemigo” principal de la “nación” alemana bajo Hitler.. »

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