CÓMO CANSA DESCANSAR

« la madre le gustaría tener las mismas comodidades que ella tiene en la ciudad y le pregunta ingenuamente a su esposo : « ¿Y para lavar la ropa ? que no he visto yo ninguna lavadora automática en la casa ».

Pero no eso no es todo.   En la segunda parte nos enteramos de que todos los miembros de esta familia tienen problemas de día y de noche después de su estancia en el campo. De día tienen una serie de problemas.

En efecto la familia no está ni adaptada ni acostumbrada al campo.

Así pues, la madre, el padre, la abuela, el hijo y la hija, es decir los cinco miembros de la familia, van  a vivir una pesadilla por culpa de los zapatos, de la corriente del río, de las ortigas y de los gansos.

Es un fragmento muy gracioso porque viven una serie de desaventuras que les ridiculizan. Por la noche, los problemas siguen.

Esta vez son los mosquitos y las lechuzas las que no les dejan dormir en paz.

Podemos imaginar que como hace calor tienen que dejar las ventanas abiertas y que es por eso que los mosquitos les pican y que oyen a las lechuzas cantar.

Incluso el silencio, recordemos que he dicho que estaban en un lugar muy aislado a veinte kilómetros del pueblo más cercano, les da miedo.

Por consiguiente, la familia decide irse de allí.     En la tercera parte vemos que « vuelven a ser felices » en Benidorm (una ciudad de la Comunidad Valenciana que se encuentra a orillas del Mar Mediterráneo y que es un destino turístico muy famoso de la Península Ibérica).

Hay una serie de elementos que nos muestran el tono burlón de la autora.

A pesar de tener las playas muy sucias (con « cáscaras de plátano y bote de cerveza »), a pesar de los precios tan elevados (« a precios del Maxim's de París ») y a pesar del barullo, del estruendo, del ruido insoportable de las discotecas (« la música discotequera »), de los borrachos que cantan en la calle o de las motos con escape libre que circulan en las calles, para esta familia de citadinos Benidorm es un lugar ideal para pasar las vacaciones. Hay algunos elementos muy irónicos en esta segunda parte (cuando la autora dice « plácidamente arrullados por el estruendo de las motos » o « ser felices », pero también los hay en la primera parte: Al principio del texto. »