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LA CULTURA Y SUS TRANSGRESIONES EN LA OBRA DE MARGUERITE YOURCENAR

Publié le 23/08/2012

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Llamo Dios lo que se encuentra a la vez en lo más profundo de nosotros mismos, y en el punto más alejado de nuestras debilidades y errores.    De igual manera, la noción de inmortalidad está proscrita de esta obra de sabiduría: la trascendencia en la obra yourcenariana es inherente a la materia, reside en la realidad inmediata, en el instante inmediato (el aquí y el ahora del budismo zen). De ahí la sacralización de los gestos cotidianos, de las actividades fisiológicas, de la Naturaleza. Al excluir el sistema de castigos y recompensas de un incierto más allá, el ser se ve abocado a su existencia misma, a buscar el perfeccionamiento en todo momento. El emperador yourcenariano va aún más lejos, al asociar la incertidumbre de la inmortalidad a la vida misma:    Puede que la muerte esté hecha de la misma materia fugitiva y confusa que la vida. Pero desconfío de todas las teorías de la inmortalidad; el sistema de retribuciones y de penas deja frío a un juez que conoce la dificultad de juzgar.

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« De igual manera, la noción de inmortalidad está proscrita de esta obra de sabiduría: la trascendencia en la obra yourcenariana es inherente a la materia, reside en larealidad inmediata, en el instante inmediato (el aquí y el ahora del budismo zen).

De ahí la sacralización de los gestos cotidianos, de las actividades fisiológicas, de laNaturaleza.

Al excluir el sistema de castigos y recompensas de un incierto más allá, el ser se ve abocado a su existencia misma, a buscar el perfeccionamiento en todomomento.

El emperador yourcenariano va aún más lejos, al asociar la incertidumbre de la inmortalidad a la vida misma: Puede que la muerte esté hecha de la misma materia fugitiva y confusa que la vida.

Pero desconfío de todas las teorías de la inmortalidad; el sistema de retribucionesy de penas deja frío a un juez que conoce la dificultad de juzgar. El tercer rostro que asume la Impostura religiosa es la obsesión por la carne y la persecución que se le ha declarado al cuerpo, desde los orígenes mismos de losdogmas.

El jardín de las delicias de la epidermis ha suscitado en las sociedades occidentales, a través de la interdicción religiosa, una actitud en la que se confundenel éxtasis y la abyección.

La condena de lo carnal hace parte esencial de la historia del enjuiciamiento que las religiones han establecido contra la humanidad.

EnOpus nigrum, Zenón, en el siglo XVI, ya se había rebelado contra este hecho: Es extraño que para nuestros cristianos los pretendidos desmanes de la carne constituyan el mal por antonomasia.

Nadie castiga la brutalidad, el salvajismo, labarbarie y la injusticia con rabia y asco.

A nadie le parecerán obscenas, mañana, las gentes que vayan a contemplar cómo me estremezco entre las llamas. Esta campaña emprendida contra el cuerpo se halla en el corazón del debate literario en Francia, en la primera mitad del siglo XX.

Tan sólo entre 1910 y 1914, laliteratura “inmoral” es objeto de 175 procesos por parte del estado francés.

Es el momento en el que M.

Yourcenar relativiza, en el ensayo sobre el poeta griegoPíndaro, la noción de moral: “La moral, afirma la escritora, en cada época, es un compromiso entre los instintos, las necesidades sociales, la moda y las creencias.Hace parte de las costumbres de un siglo, a las cuales no es obligatorio ajustarse, pero oponerse, es imprudente”. De la misma época de este debate, data la novela yourcenariana Alexis o el Tratado del inútil combate (1929), la cual se construye sobre la tensión entre el lenguajey la expresión de las realidades sensuales, a la luz de las dos religiones en pugna en ese entonces.

El joven pianista austro-húngaro se encuentra desgarrado entre susinclinaciones sexuales y las normas religiosas y morales.

Alexis es católico –su esposa Mónica es protestante- y todo un campo léxico se desdibuja alrededor de lanoción semántica de pecado.

He aquí algunas expresiones que aparecen en el texto: “Soy demasiado culpable”, “una repugnancia extraordinaria”, “me juzgaba abominable”, “en cuanto a mí, el vicio consistía en la costumbre del pecado”,“transgresiones nuevas”, “las extravagancias del instinto”, “mis inclinaciones que juzgaba yo abominables”, “luchas”, “obsesiones”, “perversidad”, “suciedad”,“búsqueda alucinante del placer”, “humillación moral”. Es a través del abandono de la religión como Alexis accede a una forma de liberación.

En su larga carta a Mónica, la creencia en Dios se hace bajo la forma de lareminiscencia: Antes de conocerla a usted, tenía yo una piedad atemorizada, infantil.

Yo era católico, usted era protestante, pero eso importaba muy poco.

Yo creía en Dios.

Teníade él una concepción humana, es decir, muy inhumana y me juzgaba abominable ante él. Contrariamente a la tradición social, religiosa y moral, M.

Yourcenar hace de la sensualidad una forma de acceso hacia lo sagrado, y lo realiza a través de la visióndel tantrismo –que se convierte para la escritora en un recurso literario-, ya que éste considera la fisiología en general y la sexualidad en particular, como formas detrascendencia.

El tantrismo que aparece en el s.

V, en la India, refleja desde sus inicios, en su iconografía, la unión sexual de deidades masculinas y femeninas. El emperador Adriano tiene el privilegio de apreciar libremente el fenómeno carnal en un momento en el cual la estirpe humana no está manipulada por ningúndogma.

En su lugar existe una visión ritual de las cosas: No se ha engañado la tradición popular que siempre vio en el amor una forma de iniciación, uno de los puntos de contacto de lo secreto y lo sagrado.

La experienciasexual se asemeja además a los Misterios en que la primera aproximación produce en el no iniciado el efecto de un rito más o menos aterrador, escandalosamentealejado de las funciones familiares del sueño, del beber y del comer, objeto de bromas, de vergüenza o de terror. Casi todos los personajes masculinos yourcenarianos son de filiación bisexual: Alexis, Adriano, Zenón y Nathanael forjan su identidad sexual a través de laconciliación con los dos géneros.

El pensamiento de Yourcenar es un pensamiento que integra, la exclusión no tiene lugar en él. Otra institución que aparece claramente dislocada en la obra de M.

Yourcenar, y con su evidente rechazo, es la familia: una tensión hacia la bastardía de lospersonajes recorre su obra, como es el caso de Zenón, de Nathanael, o de la misma autora que rompe con el linaje Cleenewerck de Crayencour y adopta elseudónimo Yourcenar.

Percibe ella el núcleo familiar como una célula asfixiante en la cual unas cuantas personas están sometidas a los caprichos y vejaciones deuna autoridad monolítica.

Cuando el joven Adriano es nombrado juez en el tribunal de Roma, entra en íntimo contacto con los expedientes de los litigios familiares: Ponía al desnudo viejos odios aterradores, una lepra de mentiras.

Maridos contra esposas, colaterales contra todo el mundo; el poco respeto que tenía personalmentepor la institución de la familia no resistió a ese desfile. ¡Cuántos desmanes –físicos, mentales, ideológicos- no se cometen en nombre de la familia! La sujeción familiar –al igual que la religiosa-, va en sentido contrario ala expansión del individuo, a su búsqueda de libertad.

Los únicos vínculos sanguíneos que subsisten en la obra de M.

Yourcenar son aquellos que están reforzadospor otro tipo de afinidades, como sucede con Adriano y su abuelo Marulinio que le enseña la pasión por la astrología, o como es el caso de los hermanos Ana yMiguel (Ana soror...), unidos por el amor y el incesto.

En el cuento oriental “Cómo se salvó Wang-Fô”, la esposa de Ling se suicida, lo que le permite a éste ir tras elviejo pintor Wang-Fô, reproduciendo así el modelo de Sócrates, o el de Cristo, que subyugaron a tantos jóvenes y arrasaron tantos hogares.

En los Alimentosterrestres de André Gide, Menalcas encarna esta visión que evoca por otro lado el “didactismo” del marqués de Sade: Menalcas es peligroso; [...] témelo; [...] le enseña a los niños a no amar ya únicamente a su familia y a abandonarla lentamente; enferma su corazón con un deseo deagrios frutos salvajes y lo inquieta con un amor extraño. De esta configuración de la familia en la obra de Yourcenar se desprende la desvalorización de la maternidad: en Fuegos, la escritora afirma en “Fedra o ladesesperación”: “Fedra es madre: tiene hijos como quien tiene remordimientos”.

O en “Lena o el secreto”: “Lena piensa con horror en una esposa, con angustia enunos hijos”.

La académica rechaza la procreación por el fracaso al que se ven abocadas las relaciones entre padres e hijos y como lo expone un poema de Teognis (s.VI antes de nuestra era), que Yourcenar tradujo del griego (La Corona y la Lira):. »

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