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LA EXPULSION DE LOS MORISCOS

Publié le 16/09/2014

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LA EXPULSION DE LOS MORISCOS

Algunos dicee que la expulsiôn de los mortscos traeria la ruina de Esparia. La avaricia moderna, sefiores - exclamé)

esta vez. i Ah ! ya son contados aquellos clarisimos varones

de antatio que preferlan un grano de 'lotira a todas las alcancias repletas del more y del judio. flogario, los nobles de Aragôn son -los mâs safiudos encubridores y abogados destos perros infieles ; y ]leva esta Castilla de cristianos viejos, engolosinados con el dinero moruno, que siguen su ejemplo. Piensan que con los hijos de Mahoma se iria el lucrar y el sabroso vivir, y sus tierras se cubririan de hierbas malignas. Aqui mesmo, en la ciudad de los Leales, de los Caballeros, de los Santos, la mayeria del Ayuntamiento esta en contra de la expulsiôn. é Y qué mucho - ariadiô, bajando la vez y hahlando casi al oido del

mancebo, si la Inquisicien, la Santa Inquisiciôn, recibe

cincuenta mil sueldos al ano de las aljamas (r) aragonesas ? Dirigiéndose a personajes ilusorios, que él veia animarse, sin duda, en el teatro de su imaginativa, prosiguiô :

- - z Decis que la expulsién reduciria a menos de la mitad la riqueza del reine ? Tante mejor, sefiores golosos. t Qué estado mâs digne y saludable para una repnblica cristiana que la pobreza ? Los bienes superflues traen la licencia y la avaricia, del mismo modo que el agua rebalsada cria sabandijas y sapes inmundos ; la lascivia triunfa y los animes pierdert la rudeza primitiva, a la par de las espadas que se atinan como alfileres y se les recubre de terciopelo y pedreria para no amedrentar a las damas en los estrades. Livie afirma que la raucha pros-peridad y abundancia de Roma le acarrearon todos los males, y que por esta causa llegaron los romanos a los extremos del

vicio. Si consultarnos a Juvenal — volvi6 a decir, él nos

declara que no hay linaje de maldad en que los romanos no cayesen desde que abandonaron la pobreza. Fue acaso opulente el pueble de Israel, el pueblo de Dios ? Si hemos de vivir con la opiniôn, dice nuestro Séneca, jamàs seremos ricos ; si con la naturaleza, jamàs seremos pobres. Yo sé decir que nunca he visto emprestar a los usureros para comprar aceitunas, pa.n o queso. Siempre vi que el uno lo busca para caballos, el otro para galas... Vuelvan, pues, enhorabuena, aquellos sigles dorades, o sigles de bellotas, corne también se les liama. Cesen este loto rodar de carrozas y estes desfiles de lacayos, ebrios de vanidad y de vine, ambas cosas hurtadas a su serior. Renazcan las antiguas virtudes severas, la mesa parva, la rica devocién, y que la mengua de las vestiduras nos haga. ilegar mejor a las carnes la saludable franqueza del aire.

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