LACRAS DE LA INDUSTRIA
Cierto es que no existe quizà. en todo el planeta un paisaje m'as ingrate que el que rodea a Negrimia, ni en ninguna otra parte se pueden ver tantas casuchas achatadas y pobres, torcidas y desconchadas, corne si la humcdad las hubiese atacado con las deformidades del reuma y con las pùstulas del leproso. Solia llarnarse aire en agilel lugar a una mezcla de humo y polvo de carbôn, que ennegrecia las paredes y las personas e impedia que la luz del sol llegase con todo su brillo y su alegria al suelo cenagoso del poblado. Parece ser que cri algfin tiempo hubo tirboles y verdor en Negrimia, pero desde que comenzd la explotaciàn de las minas y eligieron aquella zona coma solar las fabricas màs importantes de siderurgia y metalurgia del pais, no era posible ver una sola mata crecida en la comarca. El reine minerai triunfaba sobre el vegetal con una dura y despiadada exclusion que hacia pensar en las humanas invasiones guerreras, exterminadoras de razas. Después de aniquilar a los vegetales, diriase que los minerales aspiraban a un remedo de su apariencia. En los yermos, donde se amontonaban escombros y residuos de combustiOn, no cra rare que atrajese la mirada la forma caprichosa y el celer azul y verde y morado de una escoria vitrea que queria ser conte la fier de la aridez ; y un bosque terrible — el que fingian las
chimencas de las fabricas habia sustituido al otro bosque y alzaba hastes el cielo la copa tupida y sucia de sus humaredas. Pero ninguno de los pajaros de antan() hacia ya su nido en Negrimia ni cruzaba sobre sus eriales. Lodo, detritus, informes montones de hierro enrojecido, rizosos tejados de cinc, un baeaneo incesante sobre las planChas ruidosas, lividas liamaradas, montarias de carbôn, vagones minésculos que cerdan per vins inseguras cargados de minerai ; hume, polvo, grandes ratas grises que rebuscaban entre los escombros y los montones de chatarra a, corne si se hubiesen resignado a ruer los férreos desperdicios... esta era Negrimia. Y, muviéndose entre las fabricas y las casas y el criai, hombres hoscos, mujeres tristes, nirios anémicos, manchados todos elles con el selle del carbôn de Negrimia, cornu el scier mancha a las ovejas de su rebario para afirmar su propiedad.
