OBSESIÔN DE TOTALIDAD ?

Y ademàs, é no ocurriria que cada pais tenia su misiôn que cumplir y Espaila cumpliria con la suya, no arquitecturando en libros sistemas filosoficos, sino guardando en la conciencia colectiva, corne en un sagrario, algo que tal vez tuviera mâs valor, y desde luego fuera mas duradero : la fe y la unidad religiosa ? Por lo demas, é es que podian brotar, y aun seria conveniente que brotaran, Goyas a cada lustro ? é No valia con haherlos dado una vez ? z Y la rriftsica, y el canto, y la danza, y la grandiosidad del paisaje, y aquellos cielos ? A Carmen Flgazu no le interesaba nada que no fuera la salvaciôn de su aima y de las aimas que estaban a su cuidado. Tal vez en la indiferencia de la rasa por las ciencias y los pensamientos que perecen latiera este rasgo fundamental. Espatia tal vez no quisiera especializarse, porque su sed era de cosas eternas, de algo que lo abarcara todo. é Cénno comprender, si no, que David y Olga, en vez de limitarsc a instruir a sus treinta alumnos, quisieran ahondar en la mismisima entrafia de éstos, influir de una mantra total en su capacidad de set hombres ? ObsesiOn de lo trascendente. Ignacio recordaha que un simple portero de la Inspeccién de Trabajo estaha preocupado por saber si el Rey de Italia era o no masOn... Per eso él habia exigido en el Seminario estudiar no sedo Latin, Moral, Retôrica y Teologia, sino que queria que le hablaran de la miseria del hombre, y le dieran recetas eficaces para salvar al mundo. Pot eso Miguel Rossellô se quejaha de que los libres de Bachillerato eran superficiales. De un pais queria conocer desde su prehistoria hasta su future. Y luego saber lo mismo de todos los puises. Tal vez por esa obsesion de totalidad, la Enciclopedia F.spasa tenia mas de ochenta voltimenes, el Quijote fuera un inventario de los sentimientos y de las aspi-raciones humanas, y San Francisco Javier liegara, antes que nadie, al Japon, al otro confia de la tierra.

Y sin embargo, en el vivir cotidiano l cuantas calamidades originadas por esta mentalidad ! Las cosas se desorbitaban. Los hombres que, canto Mateo tenian fe en lo eterno de Espafia, Ilegaban a sonar en eazar etiopes ; y los que, por el contrario

pedian que Espafia diera la vuelta y se europeizara desde los

Costa hasta la élite intelectual de la naciért con sus maneras,

no conseguian sino desmoralizar y crcar un complejo de inferioridad.