PIDIENDO HOSPEDAJE
Entré, y un olor a rancio roc dio en las narices. Nada se vela en todo el vasto zaguiàn, fuera del rincén que alumbraba el ventanillo. Dejé la puerta cerrada, cornu estaba, y grité por eI amo. Un nitio que jugaba con un cacharro a la luz que daba el hueco, levante la cabeza, me miro y se echô a llorar. Paso algdn tiempo, volvi yo a las votes y cl Milo al llanto, y pur la escalera, que crujia y se quejaba como un desvanecido, bajà una mujer gruesa y peluda, con los brazos remangados y el sucio delantal de rayas recogido a la espalda.
— é Qué quieres ? _ me dijo desabridamente.
— Que me tratc de usted, que para eso pago.
— j Anda con el mocoso ! é Qué desea vuestra sefloria ?
A mi me estaba hartando con tan poca educacién. No es que uno fuera un principe, ciertamente ; pero tarnpoco uno se acercaba al incsén n robar gallinas o a pedir limosna.
- Quiero corner y beher y una cama para la floche.
— é Y maiiana ? Maiiana Dios
—- Va de pasada ?
— No lo sé ; vengo a buscar amo a quien servir.
- Bueno, bueno. El pago es antes, é me entiende ?
— Si, sefiora. Cuânto es ?
— é Qué quiere cenar ? Lo que haya.
— Aqui hay de todo, pida usted.
— Pues déme vaca.
— No, vaca no hay. -- Pues unos huevos.
— No, huevos no hay mis que uno y es para mi.
— Que le aproveche. Hay patatas ?
— No, se han acabado.
__ Pues... déme Io que se estile, a mi me es igual.
__ Le daré cecina, é le gusta la cecina ?
— Si, setiora ; y un jarro de vino.
— é Tinto ?
— Si, tinto. é Es bueno ?
__ j Ya lo creo 1 Tenemos vino del pais, vino de Arganda y vino de Valdepefias. Crie quiere ?
- Déme del pais, siempre sera mis barato.
— Si. é Un litro ?
- Bueno. i Cuanto es todo ?
— é Va a tomar copita ?
— No.
Hice adernan de echar mano a la boisa y la mujer se arnansô.
— Pues vera ; la cecina, treinta ; el vino, cuarenta, ya van setenta, y la cama, pongarnos otros setenta, total, para redondear, seis reales. Corno yo también tengo que ganar, le llevaré siete reales. é Hace ?
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