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EN EL PORTAL DEL SEROR

Publié le 16/09/2014

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EN EL PORTAL DEL SEROR

La floche los reunia al mismo tiempo que a las estrellas. Se juntaban a dormir en el Portal del Sefior sin mas lazo comfin que la miseria, maldiciendo unos de otros, insultandose a regafiadientes, con tirria de enemigos que se buscan pleito, rifiendo muchas veces a codazos y algunas con tierra y todo, revolcones en los que tras escupirse rabiosos se mordian. Ni ahnohada ni confianza ha116 jamas esta familia de parientes deI basurero. Se acostaban separados, sin desvestirse, y dormian coma ladrones con la cabeza en el costal de sus riquezas : desperdicios de carne, zapatos rotos, cabos de candela, pufios de arroz cocido envueltos en peri6dicos viejos, naranjas y guineos parados.

En las gradas del Portai se les veia vueltos a la pared contar el dinero, mordez las monedas de niquel para saber si eran falsas, hablar a solos, pasar revista a las provisiones de boca y de guerra, que de guerra andaban en la calle armadas de piedras y escapularios, y engullirse a escondidas cachas de pan en seco. Nunca se supo que se socorrieran entre ellos, avaros de sus desperdicios, coma todo rnendigo, preferian darlos a los perros que a sus comparieros de infortunio.

Comidos y con el dinero bajo sietc nudos en un pariuelo atado al ombligo, se tiraban al suelo y cajun en suelios agitados, tristes, pesadillas por las que miraban desfilar cerca de sus ojos cerdos con hambre, mujeres flacas, perros quebrados, ruedas de carruajes y fantasmas de Padres que entraban a la Catedral en orden de sepultura, precedidos por una tenia de luna crucificada en tibias heladas. A veces, en lo mejor del sumo, les despertaban los gritos de un idiota que se sentia perdido en la Plaza de Armas. A veces, el sollozar de una ciega que se soriaba cubierta de moscas, colgando de un clava, coma la carne en las carnicerias. A veces, las pasos de una patrulia que a golpes arrastraba a un prisionero politico, seguido de mujeres que limpiaban las huchas de sangre con los parmelos empapados en llanto. A veces, los ronquidos de un valetudinario tirioso o la respiracidn de una sordomuda encinta que lloraba de miedo parque sentia un hijo en las entravas. Pero el grito del idiota era el mas triste. Partia el cielo. Era un grito largo, sonsacado, sin acento humano.

Los domingos cala en media de aquella sociedad extrafia un borracho que dormido reclamaba a su madre llorando como un nifio. Al air el idiota la palabra madre, que en boca del borracho era imprecacidn a la vez que lamento, se incorporaba, volvia a ver a todos lados de punta a punta del Portal, enfrente, y tras despertarse bien y despertar a los comparieros con sus gritos, lloraba de miedo juntando su llanto al del borracho.

« COMENTARIO 1 i C ômo el aparfado comenta el giro c( sin mds lazo comUn que la miseria )> ) r: Par qué el novelista piensa que los mendigos pueden dormir «coma ladrones·>)? 2 r:· C6mo, a fesar de la vil evocaci6n de lo que estdn hacienda los mendigos en el Poytal del Sen.or, despiertan esas escorias humanas mds lâstima que asco ? 3 r:· 1\To hay en los sueiios y visiones fantasmag6ricas de los mendigos un profundo conocimiento del coraz6n humano suspirando par lo que nunca ha de lograr ? 4 r:· Con qué intenciones Asturias pinta este cuadro ? EJERCICIO GRAMATICAL Il t'aurait suffi de te confier librement à moi, et toutes les diffi­ cultés auraient été aplanies.

Ainsi donc tu passais ton temps à errer oisivement dans les rues? Eh bien maintenant, reçois le prix de ta paresse.

Que signifient donc ces propos si aigre-doux ? N'as-tu donc pas honte de te n1ontrcr si insolent ? 11 était donc évident que malgré les nuages qui couvraient le ciel, la pluie tarderait à tomber.

J'imagine que toutes les précautions prises sont inutiles, puisque vous bravez aussi insoucia1nrnent le danger.

Qui sait si le rève de Segismundo n'est pas la seule réalité ? Eh quoi! te faudra-t-il toujours revenir bredouille de la chasse J Tantôt il pousse des cris stridents, tantôt il se plaint doulou- reusement.

Alors cet enfant sentit non plus la gravité des mots qu'il enten­ dait, mais la confiance qui les dictait.

TEMA Le travail dans les mines.

- Dans les régions désertiques du Nord, à peu près dépeuplées, que les gisements faisaient les plus riches du pays désormais, les compagnies étrangères, auxquelles se trouvaient intéressés des capitaux chiliens, appelèrent une main-d'œuvre nationale de rotos, qui s'y éta­ blirent dans des conditions affreuses et constituèrent un pro­ létariat misérable, s'épuisant au travail.

I-eonardo Pena a décrit en une page éloquente l'existence de ces forçats, dans une atmosphère saturée de poussière jaune où ils n'entendaient rien que (( le grincement des broyeuses, les sifflements des locomotives et les coups de sirène des bateaux.

Accumuler la plus grande somn1e de travail possible dans le moindre nombre d'années tel est le problème qu'il s'agit de résoudre.

Victor-L.

TAPIÉ Histoire de l'.41nérique latine au XJXe siècle - 250 -. »

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