Esto no es normal

Cada paso, gesto, mirada y palabra que efectúe el ser humano entorno a lo que le rodea, es una huella vista por un público cobarde, superficial, reprimido y tímido que juzga permanentemente. Tremenda es la opinión que damos a diario sobre banalidades y prejuicios baratos respecto a un individuo desconocido (o no) al que vamos a categorizar enseguida en un rango de personalidades que solemos valorizar más o menos según el gesto que efectúe.

Insensato el que piense que no procede así, incluso el más humilde no se resiste a tal razonamiento.

Por supuesto he llegado a reflexionar sobre mis propios comentarios y no dudo ni un segundo que me distinga de una masa tan diversa.

Cierta mañana, tras acaparar lo necesario para auto-corregirme al haber desarrollado ciertas ideas, pico a la puerta mi madre para anunciarme la llegada de una de mis primas, por parte materna, austriaca, Frida. Chica de “buena familia”, estudiante correcta, respetuosa, aplicada, meticulosa, creyente en dios incluso fanática intolerante y manipuladora es el resultado ideal que esperaban sus padres. La niña perfecta en la cual se sienten en parte reflejados.

Este dulce corderillo, recién salido del horno de un pueblo diminuto en el que apenas habitan cuatro mil personas, se presento con una retorcida sonrisa. Saludo al resto de los integrantes de la casa, se ducho, se instaló y se acostó temprano tras haber rezado un padre nuestro con el pretexto de estar cansada por el viaje. Se despertó junto al amanecer. Tarde más tiempo en levantarme pero para aquel entonces ella ya estaba lista para marchar.

Tenia que enseñarle la ciudad. Al salir ( ya eran las doce y media), Frida me miro, frunció las señas y me pregunto :

-¿Es costumbre levantarse tan tarde en España?

• Frida, uno se levanta a la hora que puede, no hay una hora fija en la que comienza el día...

• ¡Pues no es normal! - exclamo- En Austria todo el mundo madruga para aprovechar el día. Pronto serán la una y las tiendas cierran sobre las seis y quiero cenar a hora santa aparte solo he venido para dos días.

Trate de ignora sus opiniones y la descripción de su lugar de origen, esa especie de tierra paradisíaca que me describió a lo largo de la jornada en la cual no paraba de sorprenderse por el ritmo de vida español, repitiendo constantemente su mejor argumento “ esto no es normal”.

Cuando volvimos, la pobre exhausta, se encerró en la habitación. No trate de insistir en llevármela conmigo a salir con mis amigos a esta hora tardiva, es normal ¿no?

Me marche para volver al día siguiente. Dormí hasta sobre las seis de la tarde de la tarde. A mi sorpresa. Ella estaba sentada en el salón con un aire de superioridad.

-¿Como fue tu día?- le pregunte con el mayor interés.

-Eso mismo iba a comentarte. Este lugar me disgusto. Ayer casi no pude descansar por el alto tono de voz que tiene la gente de aquí. ¿Como puede ser que a las dos de la madrugada jóvenes de nuestra edad salen a la calle ?

Notaba su irritabilidad a lo largo de su discurso.

• La gente hace lo que quiere.

• ¡No! Hay que ser correctos en la vida. En España, la gente es vaga y mal educada. No tienen perseverancia en cuanto a un modo de vida estable. Es que no es normal, ni la forma de vestir ni sus costumbres. Todo huele a ajo y la comida es aceitosa. Y lo más repugnante de todo son las parejas formadas de dos hombres que se besan por la calle. ¡No es correcto! ¡ Qué promiscuo y depravados! Es que, no es normal...

Tras contener mis impulsos frente al vómito verbal de mi prima, no pude retener mis ganas de replicar su fantástica opinión.

• ¿ Y qué es lo normal, Frida?

Balbució una pobres palabras, descolocada de lugar, no se atrevió a vocalizar correctamente una respuesta adecuada.

• Normal es casarse y tener hijos. Normal es tener una casa, un auto y un perro. Normal es estudiar y después trabajar. Normal es salir de carrete en las noches. Normal es tomarse un “copete” de vez en cuando. Normal es irse de vacaciones. Normal es nacer y morir, y sin embargo hay gente que muere antes de nacer y gente que quiere morirse y no puede. Queremos ser normales, y eso es normal. Pero ¿cómo sabemos que somos o no somos normales? O más bien ¿para qué queremos ser normales? ¿Para quién queremos ser normales? ¿Qué es ser normal? Las personas normales son las que saben que sus acciones lastiman a otros y no las hacen, saben que el gobierno es la mafia legal,tienen suficiente cerebro para saber que es aburrida la vida como esta marcada en el estereotipo, ser normal es ser diferente, ser único.

Se quedo atónita,con los ojos como platos,me repaso con la mirada y finalmente se marcho. Dijo que prefería quedarse en un hotel el resto de su corta estancia.

Hoy día desperté con esas preguntas en la cabeza…Quizás es por lo desencajada que me siento en aquella normalidad a la cual traté de adaptarme. O también puede ser por las miles de veces que me dijeron que no lo era, y tal vez me convencieron...Todas estas cosas, siempre he pensado que las hacemos nosotros mismos, la globalización y como no, nuestra sociedad consumista que nos arrastra día a día. Que nos bombardea y nos aboca sin remedio a un devorador consumismo.

Si lo piensas, es bastante curioso, a la vez que gracioso, pensar en todas las cosas que hacemos simplemente porque nuestra sociedad las considera normales. Fíjate en cualquier grupo de adolescentes en un centro comercial o en la salida del instituto. Te darás cuenta de lo que llegamos a hacer con el fin de encajar en un grupo social. Como adultos, asumimos los papeles que se nos han asignado o que nosotros hemos asumido por el mismo motivo. Cualquier tribu urbana o grupo social tiene sus propios comportamientos que están claramente definidos y son facilemente identificables : Los pijos, los hippies, los punkies, los frikis, etc. Seguro que se te ocurren muchos más grupos y en alguno de los cuales te puedes incluir ya que has adoptado sus características de manera inconsciente. Formar parte de un grupo es algo bueno ya que es una seña de identidad, de seguridad. Establece unas expectativas de cómo actuar frente a situaciones u otras. De este modo se reducen los malos entendidos y tu manera de comportarte.

Sin embargo, la presión por ser normal puede verse extremadamente limitada debido al deseo natural de encajar en el grupo. Este hecho determina rasgos, formas de expresión, conductas ¿ Cuándo fue la última vez que viste a una persona y dijiste “ qué persona tan normal”? Ahora recuerda a la gente que consideras héroes, que respetas o admiras : Nelson Mandela, la Madre Teresa, Gandhi... No hay muchos nombres, son estas, personas normales ?

Todos tenemos la habilidad y oportunidad de comportarnos de una manera que no es normal, manera que expanden nuestros horizontes y comprometen nuestra vida y a la de los que nos rodea. Pero el miedo nos frena, miedo a ser tachado de raro o anormal dentro del grupo. Pero es haciendo cosas inusuales como estas por las que nos podemos sorprender a nosotros mismos siendo más de lo que creemos en lugar de menos.La única manera de tratar al hombre –y de tratarse a uno mismo– como merece ser tratado es cayendo en la cuenta de que la diversidad humana es la paradójica diversidad de los seres únicos

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Te recomiendo que hagas algo fuera de lo normal. Da un pasito, aunque sea pequeño, para ser alguien especial. Cuando lo hagas, párate a pensar cómo te sientes.